¿Está garantizado el apoyo de la administración Trump al próximo gobierno en Bolivia?

Por años, Estados Unidos ha sido un país enfocado en el multilateralismo, apoyando fuertemente a sus aliados en Occidente. Esta política fue aplicada tanto por gobiernos demócratas como republicanos. Sin embargo, la llegada de Trump y el movimiento MAGA al poder cambiaron radicalmente la visión del país y el manejo de la geopolítica. El movimiento MAGA se enfoca en los intereses de su nación y deja de lado la idea de ser “la policía del mundo”. Es un movimiento que prioriza el bienestar de los ciudadanos estadounidenses y la imposición del orden. Pero también es uno que entiende el nuevo orden internacional y valora a nuevos aliados.

En su primera gestión, Trump tuvo buena relación principalmente con Jair Bolsonaro, Viktor Orbán y Vladimir Putin, líderes que tradicionalmente no comparten los valores de la política occidental y que son considerados “tiranos” por la élite intelectual. De igual forma, forjó una relación fuerte con potencias de Medio Oriente.

Hoy, en su segunda gestión, Trump tiene nuevos aliados y se ha visto un distanciamiento más marcado de los intereses de la Unión Europea. De igual forma, los programas de USAID han sido cortados de raíz y la política patriota unilateral se ha incrementado.

Actualmente, tiene nuevos aliados: los más representativos son los gobiernos de Qatar, Israel y Arabia Saudita. Pero también ha tejido relaciones interesantes con líderes de nuestra región, curiosamente los más llamativos y con mayor peso mediático. Hablo, claro, del presidente Bukele y de Javier Milei, ambos conocidos por sus medidas de gobierno e ideologías políticas. En nuestra región tiene aliados, aunque muchos de ellos no recibirán apoyo significativo como ocurría antes. Trump es un líder que, cuando cierra alianzas, toma muy en cuenta la clase de gobernante con la que trata. Se nota que hay líderes a los que respeta y considera sus iguales, mientras que a otros no.

A Milei y a Bukele los ve como sus iguales, ya sea por su comportamiento, ideología política o políticas gubernamentales. Lo mismo ocurre con Putin, Xi Jinping (pese a las diferencias) o los líderes de las petromonarquías. Por otra parte, tiene un trato frío con aquellos líderes que pertenecen a países aliados tradicionales, pero que no considera como sus pares, como es el caso de Macron o Zelensky. Trump es especialmente duro con los líderes globalistas que pertenecen a la “élite intelectual”.

Bolivia puede recibir apoyo de Estados Unidos, pero no como en el pasado. Si hay apoyo, será exclusivamente en la guerra contra las drogas. Ninguno de los dos candidatos será visto como un igual por Trump, pues ninguno cumple con los acercamientos ideológicos ni con las características de los líderes que él respalda.

Respecto a si Quiroga será el gran beneficiado por Estados Unidos, no lo creo. Tuto es crítico del trumpismo, catalogándolo como una doctrina política autoritaria y populista. Incluso llegó a llamar a Trump “golpista” y “fascista americano” por haber defendido el voto de los ciudadanos. Pero sus ataques no paran ahí: junto a Vicente Fox hizo videos ofensivos años atrás insultando a Trump. Tuto es afín a los “demócratas” y responde a la línea de Obama y Biden, enemigos del trumpismo. Tiene claras tendencias globalistas, dejando de lado la soberanía y orgullo nacional.

Estados Unidos apoyará a Bolivia en la lucha contra las drogas, pero, reitero: no será un apoyo como el de antes y será limitado, debido a su nueva forma de hacer geopolítica. Las críticas de Tuto en su momento también pueden ser un factor que perjudique el acercamiento con la potencia americana. Ambos candidatos tendrán apoyo limitado, pero creo que quien tendrá más facilidad para obtenerlo será Rodrigo Paz, principalmente por las acciones y declaraciones de Tuto al haberse declarado enemigo del trumpismo. Nos queda esperar la benevolencia de Marco Rubio.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario y V21.
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21