Es necesario fomentar el nacionalismo boliviano

Con la derrota del MAS en las elecciones, se abre una nueva etapa para Bolivia. Por el momento, parece que el socialismo ha sido derrotado, pero darlo por muerto y asumir que la gestión venidera será sencilla sería un error. El dominio político del MAS fue producto de muchos factores, entre ellos la nula oferta política.

La dupla Paz-Lara ganó las elecciones de manera destacable, pero al analizar su proyecto político notamos muchas contradicciones y una falta de visión clara. No cuentan con una doctrina o directrices definidas, por lo que no podemos considerar su proyecto como un “monstruo político”. Le deseo lo mejor al gobierno entrante y que cuente con el apoyo de la población para estabilizar la situación económica, pero también para devolver la institucionalidad y la paz al país.

El triunfo de la dupla Paz-Lara se dio por muchos factores, pero creo que el principal radica en su posición de outsiders y en el desgaste del MAS y de los opositores tradicionales. La gran mayoría del electorado buscó nuevas opciones. Si bien cuentan con propuestas interesantes, aún no tienen un proyecto político sólido y bien dirigido, algo que sucede de manera similar con el resto de los opositores.

Por ende, es una obligación empezar a construir propuestas para Bolivia que no solo estén enfocadas en captar el voto útil o en atender los temas económicos, sino también los temas políticos y sociales. Al ser este nuestro año del bicentenario, es necesario cambiar el destino de la patria, que a lo largo de su historia ha tenido episodios grises, en los cuales, contando con todas las potencialidades para ser una potencia regional, hemos terminado siendo uno de los países más pobres de la región.

Mi propuesta, por ende, radica en fomentar el nacionalismo boliviano, que es la única doctrina capaz de unificar al país, pero también de resolver los grandes problemas estructurales. El gobierno del MAS ha generado fuertes tensiones internas que han debilitado tanto a la patria como a su unidad. Es tanto así que la creación del Estado Plurinacional, impulsada por juristas extranjeros, ha destrozado totalmente la idea de nación boliviana, un acto que sus autores deberán pagar tarde o temprano. Es inaudito haber creado un Estado que destruya la unidad nacional, especialmente cuando viene de imposiciones externas.

Es fundamental, para el progreso de nuestro país, acabar con los discursos de odio y regionalistas y pasar a consolidar la nación boliviana, que existe pero jamás ha podido ser consolidada a lo largo de nuestra historia. Bolivia nace del mestizaje de culturas y de la decisión de ser un país independiente, sin anexarse ni al Perú ni a Argentina.

Con el transcurso del tiempo y la llegada de la Guerra del Chaco, el nacionalismo boliviano empezó a tomar forma en nuestro país. En su momento, FSB y MNR intentaron consolidar la nación boliviana, pero por el fracaso del gobierno del “doble sexenio” esto no llegó a completarse. Con la llegada del bicentenario, las condiciones para consolidar la nación son mucho más óptimas que hace décadas, y es tarea de los bolivianos lograr este hito. Solo así habremos resuelto un gran problema estructural y creado una identidad nacional, superando los discursos de odio y separatismo.

De igual forma, con una nación boliviana consolidada, se debe avanzar hacia la creación de un Estado Nacional, uno que pueda traer triunfos a la nación, pero también seguridad y orden. La nación boliviana debe contar con una mentalidad ambiciosa y de superación; solo de esa forma podremos ocupar nuestro puesto como potencia regional. Además, se debe trabajar en el fortalecimiento de la seguridad y la soberanía, lo que se traduce en mejorar no solo el desarrollo económico, sino también el político y militar, evitando amenazas de actores externos.

Bolivia sobre todas las cosas.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21