Con sorpresa, pero también con mucha preocupación, recibí la noticia de que el Tribunal Electoral le había devuelto la personería jurídica al MIR. Dicho partido llevaba casi 20 años extinto y el hecho de restituirle la personería jurídica es algo bastante llamativo, mucho más viendo el tiempo transcurrido. Al partido del expresidente Jaime Paz le habían cancelado la personería luego de haber obtenido menos del 3% en las elecciones de la Asamblea Constituyente, tal como establece la ley.
El MIR ganó relevancia a finales de los setenta gracias al carisma de Jaime Paz y al interés de la juventud boliviana de ese momento. Empero, el momento clave fue incluirlos en la UDP; esto les dio mucha más visibilidad en el espectro político.
Si bien muchos de los dirigentes miristas fueron perseguidos por los gobiernos militares, ninguno fue tan contundente como el presidido por el general Luis García Meza. El mirismo recuerda con especial atención los hechos acontecidos en la calle Harrington, en enero de 1981, cuyas víctimas no solo han llegado a ser mártires del mirismo sino incluso impuestos como mártires de la democracia. No debemos olvidar que el general García Meza relata en sus memorias que, si bien se cometió dicha masacre, ésta fue propiciada por los propios dirigentes miristas que entregaron a sus propios compañeros. La verdad es que probar esto es complejo, pero lo que sí es llamativo es cómo los cabecillas de la reunión nunca asistieron, por uno u otro motivo, algo curioso.
Luego de ser una piedra en el zapato para la UDP, el mirismo nunca pudo realmente despegar políticamente, jamás pudo sobrepasar el 25% de los votos en las elecciones nacionales. En 1989 tuvo la gran oportunidad de tomar el Ejecutivo, y esto gracias a ADN, que les dio el respaldo en el Legislativo. Paz Zamora salió tercero en dicha elección, pero gracias a la segunda vuelta congresal logró hacerse presidente.
Luego de un gobierno muy mediocre, el cual estuvo manchado por hechos de narcotráfico y corrupción, el MIR comenzó su declive. Otro dato curioso es que fueron el partido más crítico en contra del régimen del general García Meza, acusándolo de narcodictadura, pero cuando ellos fueron gobierno, acabaron mucho más manchados.
Con la llegada de la década de los 2000 pasaron de ser un partido protagonista a uno que peleaba por subsistir, siendo el año 2006 el final de dicho partido. Reitero, su cancelación se dio con todas las de la ley y devolverle la personería jurídica está creando un antecedente jurídico nefasto, que puede poner el sistema político “patas arriba”.
Pese a haber desaparecido, la gente del MIR siguió siendo parte de la política nacional y en muchos casos en puestos muy protagónicos, lo cual explica por qué mantenemos el declive político en el país. Samuel Doria Medina fue uno de los “niños mimados” de Jaime Paz, al que llevó incluso como candidato a la vicepresidencia en 1997. Por su parte, Jorge Quiroga fue partícipe del gobierno de Jaime Paz y, si bien luego fue candidato por ADN, la forma en la que destruyó y desarmó al partido del general Banzer. invita a uno a creer que era un mirista infiltrado. Otros políticos “viejos” como Cuéllar, Del Granado o el mismo jefe de Quiroga, Vázquez Villamor, tienen sus orígenes en el MIR.
Los miristas, al ver su partido destruido, saltaron rápidamente de un partido a otro, pero siguieron con esa postura de izquierda democrática e institucional o socialdemócrata, viendo el mejor caso en Doria Medina. Hoy es el hijo de Jaime Paz quien es presidente. Rodrigo Paz tiene un aire mucho más alejado del MIR y más patriota, algo que me parece muy positivo; esperemos que siga bajo este espectro porque fue esto lo que lo llevó a ganar. Por el momento su gobierno está dando señales positivas.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
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