La historia nos ha enseñado que el dinero y el comercio son elementos civilizadores del individuo.
En lo económico, nuestra propuesta no responde a los principios estrictos de la derecha mucho menos de la izquierda socialista, obedece a la doctrina social de la iglesia y al sentido común, ese pragmatismo repelido por muchos gobiernos, pero anhelado por la inmensa mayoría popular que prefiere priorizar el progreso social por sobre el sometimiento al dogmatismo político.
¿Cómo prepararnos ante un gobierno que expolia? Todo lo que el gobierno dice que es gratis, lo pagas con mayores impuestos o mayor inflación. Cuando el gobierno interviene agresivamente sobre la economía del país y tiene mayor poder sobre ella, convierte a los ciudadanos en rehenes que no pueden acudir a otra opción y cuando el gobierno no te concede nada de lo que te ha prometido entonces acude a la represión. Al final, los errores de planificación económica de los gobiernos siempre los pagan los contribuyentes, en la práctica, afecta a todos porque aquellos que dicen que no les importa ya que no pagan muchos impuestos o tienen menos exposición no se dan cuenta de que existe el impuesto inflacionario que es exactamente lo mismo, es destruir el poder adquisitivo del salario y de tus ahorros y buscan que tú te creas que la culpa es de los mercados o de los salarios o de las empresas. La realidad es que no existe ningún derecho económico que conceda el gobierno excedentario a lo que pagas. No existe nada que sea gratis, y mucho menos para los que creen que pagan menos, los pobres, clases medias y trabajadores. Porque la inflación reduce la capacidad de ahorro y por lo tanto de subir en la escala social.
El monopolio es negativo y solo puede existir si el Estado lo permite. El monopolio del precio es malo, genera calidad mala, otorga un servicio incompleto. El monopolio estatal es por definición más caro, brinda peor servicio y de peor calidad, sube las tarifas, aumenta los gastos y genera pérdidas que se pagan con más impuestos.
La generosidad con dinero ajeno expoliado es infame, como también la penalización por quejarse. No hay nada más peligroso que creer que el gobierno te lo va a dar todo. ¿Cómo nos podemos proteger?: Teniendo el máximo de libertad económica y además teniendo la máxima capacidad de ahorrar, tener nuestra independencia en todos los activos que nos ofrece el mundo. La enorme maravilla que tiene ahora mismo la tecnología y la libertad de capitales es que nos permiten movernos por todo el mundo y en todos los lugares del planeta sin depender de un gobierno y el constructo nacional generado por esa decisión política que te ponen unas fronteras, la maravilla de la tecnología y la maravilla de la libertad económica y del movimiento libre de capitales es precisamente que te permite eliminar todos esos factores que llevan a un Estado a convertirse en un leviatán totalitario, lo decía el propio Benedicto XVI que el Estado no está para hacer a los hombres felices ni para ofrecerles todo y cuando lo intenta se convierte en un monstruo que lo que hace es llevar a cabo el control social y la represión. Lo importante por lo tanto es tratar de ser lo más independiente posible y no caer en el engaño del ratón que cree que el queso es gratis. Es darse cuenta que todo lo que te ofrece el Estado aunque tú seas pobre o aunque cobres más de lo que crees el Estado lo retrae de ti mismo, no de los ricos, de ti y mucho más de lo que te dio, después a la vez, o te hace más pobre vía inflación que es el impuesto camuflado, o te hace más pobre vía impuestos, o te hace más pobre vía menores oportunidades de crecimiento, de empleo y de cambios salariales, o con tus salarios reales lo financia, nunca jamás creas que tú eres el beneficiario de la represión estatal, porque el único beneficiario de la represión estatal es el aparato burocrático que es extractivo y confiscatorio, tampoco son ellos más ricos, lo que hacen es volver más pobres a todo el país y eso sí, ellos en relativo parece que están mejor, pero la evidencia empírica demuestra que también empobrecen a todos aquellos que pretenden proteger. Al final 2+2 nunca suman 22. El Estado nunca da más derechos económicos de los que pagamos. Todos los derechos económicos que nos dice que nos da nos los dan a cambio de mucha mayor inflación, muchos mayores impuestos, muchos mayores recortes o todos a la vez. No caigamos en el error y sigamos defendiendo la libertad.
Nos adherimos al Postulado del 2010 de la CEPAL, y nos sumamos a la responsabilidad de trabajar por las brechas por cerrar y caminos por abrir.
Las tres principales magnitudes macroeconómicas con las que evaluamos la salud de una economía son el PIB, el empleo y la inflación. Nuestra propuesta permite un crecimiento real y sostenido del PIB, la generación de mayor empleo e innovación y el control de la inflación a través de la independencia política del Banco Central y su conducción técnica y científica.
¿Cómo evitar el vaciamiento occidental rumbo al oriente?, llevando el capitalismo popular hasta el último rincón del país, eliminando el clientelismo político a cambio de la libertad de producir, de recibir financiación y del ejercicio pleno de la propiedad privada de la tierra. Desmitificando el crimen organizado como la opción anhelada de prosperidad.
Los empresarios paceños están más preocupados de venderle al Estado, los cruceños piensan en venderle al mundo. El alma de toda sociedad próspera es su esencia exportadora, las alianzas público privadas y la libertad de comerciar dentro del Estado boliviano y fuera de él, pondrán al Estado al servicio de los más pobres y vulnerables, de los que van creciendo de a poco pero estable y de los que alcanzaron cierta riqueza, para que todos juntos estén mejor, y que unos y otros a través de las relaciones comerciales y contractuales libres y de mutuo beneficio generen mayor producción, mayor comercio, mayores y mejores servicios, en suma, mayor riqueza para todos. Esta es la única política de creación y redistribución de la riqueza justa.
El masismo es la personificación y la evidencia de lo que es la nacionalización y el robo constante de todo lo que se produce con el objetivo de incrementar el gasto clientelar y el gasto político que está destruyendo Bolivia. No existe el concepto de política monetaria, eso que llaman «inclusiva», es extractiva y confiscatoria, no es cierto que se cree más riqueza aumentando los impuestos y el déficit fiscal que es lo que está pasando en Bolivia y se ha llevado por delante la economía. Tampoco es cierto que el gobierno regale cosas y genere mejoras para los ciudadanos. Lo que ha hecho el intervencionismo constante del Estado es empobrecer a los ciudadanos. Es aberrante que todavía haya en Bolivia gente que diga que la inflación es multicausal y que no es un efecto monetario, es el engaño constante, es la utilización de la moneda para destruir la economía, esperando que en el futuro en algún momento se disparen nuevamente los precios de las materias primas y así se reduzcan los desequilibrios. El problema en Bolivia no son los empresarios, ni los problemas externos, ni el mundo, es un gobierno obstinado en aumentar el gasto clientelar, a costa de todos los que producen, cerrando aún más la economía y empobreciendo a los más vulnerables, siempre hacen lo mismo, dicen proteger a los pobres creando muchos más. El socialismo, el populismo, el masismo que es exactamente lo mismo siempre tiene como objetivo el control no el progreso, porque los gobernantes son millonarios y todo el resto son pobres, no existe mayor desigualdad más evidente por adhesión política que en los países comunistas, socialistas, populistas, chavistas, peronistas, masistas como quieran llamarlos son exactamente lo mismo. Lo que quieren son clientes rehenes. La solución es muy fácil, acabar con el estatismo y abrirse al mundo. En cambio, el objetivo del masismo es el control, porque sus dirigentes se hacen millonarios de esa forma.
- MARCEL RIVAS
- PORTAVOZ PARTIDO DEMÓCRATA CRISTIANO
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