Dos reyes incas vivieron cuatro años en Cochabamba

LUIS ANTEZANA

Hace unos 600 años (1500 de n.e.) los incas del Cusco culminaron la invasión y conquista del Collasuyo (hoy Bolivia), el Inca Pachacutec y su hijo, Huayna Capac, se asentaron en el valle de Cochabamba, encabezando un ejército de 12 mil hombres, que conducía un mitimae de 14.000 indígenas reclutados de comunidades del altiplano andino, al mismo tiempo que desplazaban hacia Pocona a los aymaras, ocupantes tradicionales de ese valle.

Esos dos incas realizaron durante cuatro años intensa actividad económica, social y política y establecieron su residencia en lo que hoy es el barrio de Calacala de la ciudad de Cochabamba, donde, además, construyeron varias piscinas privadas, las que fueron de uso público y existieron hasta hace uno 40 años y de las cuales hoy quedan ruinas.

En el valle de Cochabamba, el paraíso terrenal de los incas, permanecieron cuatro años, en particular Huayna Capac, pues su padre, hacia 1502, debió retornar a Cusco para atender problemas políticos, sin tener aún noticias del desembarco de Cristóbal Colón en el nuevo continente.

Huayna Capac y su padre organizaron la economía agrícola del valle a partir de Sipesipe hasta Sacaba, sobre la base de colonias o chácaras para cultivo de maíz y otros granos que, después de las cosechas, se acumulaba en collcas o silos en la zona de Collcapirua, donde se construyeron unas tres mil, cada una de ellas con capacidad para conservar hasta 8 o 10 toneladas de granos, lo que permite tener una idea de la producción total del valle, que después era trasladada a Cusco para grandes fiestas y mantener a los ejércitos coloniales del incario.

Ya en ese tiempo, Cochabamba fue considerada el “granero del Perú”, pues de las 40 mil hectáreas de tierras cultivables que disponía, con abundante riego, más de la mitad fueron trabajadas para producir alimentos, para ser cultivadas por los indígenas trasladados por los mitimaes, sobre la base de trabajos colectivos de colonato. Esos terrenos trabajados por los mitimaes se denominaban chácaras, estaban divididos en suyos y eran propiedad del Estado incaico y, en algunos casos, de los incas como propiedad privada.

En medio de este valle, los dos reyes incas vivieron durante cuatro años (1498-1502 n.e.). Pachacute, –que tenía el significado político de “cataclismo”– al retornar al Cusco permaneció en Tapacarí algún tiempo, donde realizó algunas obras, motivo por el cual es recordado con un monumento, al lado de su mujer.

Esa historia se encuentra en un libro de reciente aparición titulado “La cruenta conquista incaica al Collasuyo (hoy Bolivia”) que será presentado en la próxima Feria del Libro en Cochabamba, texto que trae, además, aspectos de la historia de Cochabamba en aquella época, algunos de cuyos detalles recién serán revelados con base en documentos dejados por los cronistas incas y documentos jurídicos de los primeros años de la conquista española.

LUIS ANTEZANA ERGUETA

Escritor e Historiador

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21