La llegada de Rodrigo Paz al poder y el fin del ciclo masista, sin dudas es algo positivo para el país. Se respiran aires de cambio y, si bien el trabajo a realizar es titánico, por el momento el gobierno está dando buenas señales. Dentro de las acciones destacadas, tenemos el retorno del escudo nacional y el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. Pero si hay algo que me ha dejado bastante satisfecho, y es lo que más recalco del gobierno, es la adopción de la trilogía: Dios, Patria y Familia.
Estos valores son de mi agrado y muestran una nueva visión de país, una mucho más patriota y ligada a la historia de la nación. Esta trilogía ha sido adoptada por múltiples gobiernos a lo largo del mundo, pero si nos vamos específicamente a Bolivia, hay un partido y un líder que se han encargado de difundirlos, defenderlos y elevarlos. Hablo del histórico partido de corte nacionalista Falange Socialista Boliviana y de su histórico jefe, Óscar Únzaga de la Vega.
Para ser específicos, el lema de Falange es: Dios, Patria y Hogar. El actual gobierno solo ha reemplazado “hogar” por “familia”, pero se entiende que la idea es la misma. Este lema es, sin dudas, óptimo para el país y uno con el que también he tenido la oportunidad de comulgar. Esta es la clase de valores que se debe difundir en nuestra sociedad, porque son los que la nación boliviana necesita.
Dios está enfocado en difundir y respetar las enseñanzas del cristianismo, que es la religión principal de la nación boliviana. Si bien el Estado laico tiene preceptos interesantes y novedosos, creo que al ser la mayoría de la nación boliviana creyente, el cristianismo debe contar con un peso considerable en la vida cotidiana. Después de todo, es parte vital de la historia de Bolivia y de las tradiciones nacionales.
Patria es el valor que más comparto, pues está enfocado en la importancia del patriotismo y en cómo es fundamental siempre luchar por Bolivia. Los bolivianos deben empezar a querer a su nación y ser parte de ella; no se puede concebir un país donde haya intentos de división y separatismo. Solo debe existir una Bolivia engrandecida, indivisible y renovada.
Finalmente, el Hogar o la Familia están enfocados en la vida familiar, que es el núcleo de la sociedad y el lugar donde se forma a las nuevas generaciones de bolivianos. En términos sociológicos, es el hogar donde los más jóvenes obtienen su formación y su “socialización primaria”, por lo que una familia u hogar fuerte se traduce en jóvenes bien formados y con valores.
La recuperación de Dios, Patria y Hogar es un gran paso para Bolivia y, sobre todo, en el nuevo enfoque y visión que debe tener nuestro país. Es necesario pensar en valores y directrices que vayan conforme a lo que necesita el país, no conforme a lo que necesitan los gobiernos de turno.
He tenido la oportunidad de conocer desde pequeño los valores de Únzaga de la Vega, de los cuales lo que siempre más destaco es el amor por la patria y la lucha constante por una Bolivia mejor. Que los valores de su partido vuelvan a ser parte del Estado, es algo que sin dudas me alegra bastante.
Esta trilogía es brillante en términos morales y éticos, pues son la perfecta guía que necesita el pueblo boliviano. En lo personal, y ya enfocándonos en términos meramente políticos, yo optaría por “Nación, Orden y Prosperidad”. Un modelo mucho más enfocado en la importancia de consolidar la nación boliviana, pero también en dar seguridad y orden a los bolivianos y en contar con políticas económicas de largo plazo que fomenten el verdadero desarrollo.
La adopción de estos nuevos valores por parte del Gobierno es algo acertado; esperemos estén a la altura de los mismos.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
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