V21-RRSS

Cultura de la prevención: socializan aplicación municipal de alerta temprana

En La Paz, salvar vidas depende cada vez más de una palabra clave: prevención. Y en ese esfuerzo, el Sistema de Alerta Temprana (SAT) se convirtió en una de las herramientas más poderosas —y menos comprendidas— para anticiparse a los riesgos.

“No es solo una aplicación ni una pantalla. Es, quizás, el instrumento más importante que tenemos para proteger la vida de los paceños”, afirmó Juan Pablo Palma, secretario municipal de Resiliencia y Gestión Vulnerabilidades (SMRGV) en el desayuno trabajo con la prensa sobre el Sistema de Alerta Temprana (SAT).

Durante una exposición ante medios y autoridades, Palma enfatizó que el SAT es un engranaje que une tecnología, conocimiento técnico, respuesta institucional y colaboración ciudadana.

“Cada vez que ustedes —los medios, los vecinos, las instituciones— ayudan a difundir una alerta, están salvando vidas con nosotros”, remarcó.

El sistema, desarrollado con el acompañamiento técnico del Banco Mundial, fue fortalecido por años de capacitación y trabajo conjunto con equipos municipales que se mantienen activos las 24 horas. Actualmente, más de 4.000 funcionarios se movilizan en turnos permanentes, vigilando puntos críticos y activando protocolos cuando la ciudad lo requiere.

“Estamos hablando de más de 300 personas en campo todos los días, más las unidades técnicas que analizan datos en tiempo real. Es un esfuerzo humano y tecnológico sin precedentes en Bolivia”, sostuvo.

Palma recordó que históricamente, las alertas fueron diseñadas para generar miedo. “Las sirenas se usaban hace un siglo para advertir ataques aéreos. Hoy, debemos transformar ese miedo en cultura de prevención”, reflexionó.

En ese sentido, destacó que el uso de aplicaciones móviles, redes sociales y medios de comunicación tradicionales debe alinearse con el objetivo de generar respuestas oportunas, no pánico.

El SAT de La Paz monitorea lluvias, deslizamientos, crecidas de ríos y otros eventos de riesgo, y fue activado en zonas como San Antonio para desvíos preventivos y acciones de mitigación.

Sin embargo, el secretario también alertó sobre las limitaciones estructurales del municipio: “Tenemos 600 millones de bolivianos menos al año en el presupuesto. Eso significa que cada año perdido de inversión en reducción de riesgos equivale a cinco años de trabajo postergado en una zona vulnerable”.

Para Palma, el desafío va más allá de la tecnología: es cultural, institucional y político. “El alcalde Iván Arias ha sido claro: hay que decir la verdad, aunque duela, y actuar rápido. Nuestro trabajo no puede quedarse en diagnósticos. Tenemos que anticiparnos. Y para eso, necesitamos que la ciudadanía entienda y confíe en el sistema”.

El mensaje es claro: prevenir es más barato que reconstruir. Y en una ciudad como La Paz, donde la topografía extrema no da tregua, la única forma de convivir con los riesgos es aprendiendo a detectarlos antes de que sea tarde.

  • ///FUENTE: AMUN///