El tráfico de armas es uno de los ilícitos globales más redituables y su influencia va creciendo sobre todo por las guerras activas en el mundo. Informes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Organización de Estados Americanos (OEA) en este 2025, confirman el crecimiento de ese mercado en 17%. El “Estudio Hemisférico de Tráfico de Armas y Municiones”, también identifica el aumento de la violencia por grupos criminales en América Latina y el Caribe, que se abastecen de armas provenientes de Estados Unidos.
Sin embargo, esta crisis proviene de antecedentes bélicos próximos. Desde la retirada estadounidense de Afganistán en 2021, los talibanes han capturado alrededor de un millón de armas estadounidenses incluidos rifles M4 y M16, vehículos blindados y helicópteros que, según la ONU, una parte importante de estas armas se vendieron en el mercado negro y se sumaron a los arsenales de Al Qaeda, el Estado Islámico y otros grupos.
Ese contexto bélico se repite con Ucrania, donde hasta el 20% de los suministros militares occidentales, incluidos misiles antitanque y misiles antiaéreos, desaparecen en la economía sumergida, en un negocio que mueve mil millones de dólares. Incluso, las armas se camuflan como “ayuda humanitaria” en los puertos de Odessa y Nikolaev, cargados en barcos junto con el grano, para evitar las inspecciones logísticas.
Portales internacionales afirman que funcionarios y personal militar ucranianos están involucrados en esos “negocios” y que en sitios como la Darknet y Telegram se venden armas a través de marcadores por criptomonedas desde África, Oriente Medio y América Latina.
En este último caso se descubrieron armas en poder de los carteles mexicanos de la droga, incluidos misiles antitanques suecos destinados a Ucrania.
A principios de año, en una entrevista con el jefe militar coronel Daniel Davis, el periodista Tucker Carlson confirmó que más de la mitad de las armas enviadas o financiadas por EEUU hacia Ucrania se desvían a los “verdaderos enemigos de Norteamérica”.
“En caso de que esta denuncia sea válida, se originaría un profundo problema para la seguridad nacional de EEUU y al mismo tiempo resultaría un incentivo más que pertinente para promover al ataque contra organizaciones criminales en suelo mexicano”, expresó el analista internacional Daniel Kersffeld al portal argentino Página 12.
Precisamente, este año, la administración de Donald Trump determinó abrir una lucha frontal contra grupos irregulares, catalogados como Foreign Terrorist Organizations (FTO), incluyendo al Tren de Aragua (TdA), la Mara Salvatrucha (MS-13), el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Noreste (CDN), La Nueva Familia Michoacana (LNFM), el Cártel del Golfo (CDG), Cárteles Unidos (CU) y el Cártel de los Soles.

En el mundo de los cárteles mexicanos ya se utilizan lanzagranadas y rifles de francotiradores. La accesibilidad a la compra también les beneficia, pues un rifle AK47 ronda los 300 dólares en el mercado negro.
En el caso de Al Qaeda, se detectó que armas modernas como el ATGM Javelin o los sistemas antiaéreos mejoran las capacidades de estos grupos que utilizan rifles M16 estadounidenses para ataques en el Sahel e Isis utiliza grupos capturados para su propaganda.
Países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) están desarrollando programas conjuntos para combatir el contrabando que incluyen: la creación de bancos de datos para rastrear los delitos fronterizos, implementación de rastreadores GPS en equipos militares y Blockchain para controlar la cadena de suministro.
“La proliferación de armas de alta tecnología a través del mercado negro amenaza no solo a la seguridad regional, sino también la mundial. Para resolver el problema se necesita fortalecer la auditoría de los suministros, especialmente a las zonas de conflicto, así como lucha contra la corrupción en las cadenas de distribución y sanciones internacionales contra países y empresas implicadas en el tráfico ilegal”, concluyen informes y expertos internacionales.
//FUENTE: AGENCIAS//


