Brasil redujo hasta en 35 % los impuestos a 4.000 productos industrializados

Ya empezó a regir en Brasil el nuevo decreto para la reducción de hasta 35 % de impuestos sobre los productos industrializados (IPI). Esta medida, impulsada por la gestión del presidente Jair Bolsonaro, incidirá directamente sobre más de 4.000 productos elaborados en el gigante sudamericano, como electrodomésticos, autos, motos, bicicletas, televisores, celulares, aires acondicionados, equipos de gimnasia, zapatos y computadoras.

El ministerio de Economía, a través de un comunicado, informó el domingo que se excluyeron los productos que conservan una parte importante de los ingresos de la Zona Franca de Manaus (ZFM), manteniendo así la relevancia económica en relación con otras regiones del país. De la misma forma, Además, se promovió un ajuste en las tarifas del sector automotriz, igualando la reducción otorgada a otros sectores de la industria.

De acuerdo con el mandatario brasileño, la nueva ley reduce la tasa del IPI para automóviles, del 18% al 24,75%.  A su vez, indicó que esta iniciativa tiene efectos más positivos sobre el Producto Interno Bruto (PIB), con reducción del costo, ampliación de la competitividad de la industria, con menos impuestos, aumento de la producción y empleos.

Bolsonaro desafía Corte Suprema, reduce impuestos

Medidas de esta naturaleza no son una cuestión de campaña. A lo largo de la presidencia de Bolsonaro en Brasil se ha hecho recortes de impuestos. De hecho, ya había reducido el impuesto actual, pero un juez del Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia judicial, lo bloqueó.

Según lo reseñado por el portal Dinheiro, en aquella oportunidad, el magistrado Alexandre de Moraes suspendió este decreto, en respuesta a un pedido del partido Solidaridad. Al respecto, la facción política argumentó que la reducción imposiciones tributarias afecta el desarrollo de la región y la preservación del medio ambiente.

Aunque no fue elegido por el PT, Moraes ha servido en cierta forma como aliado de la fórmula presidencial de Lula, Geraldo Alckmin. A su vez, ha demostrado ser el más agresivo contra Bolsonaro. El jurista asumió el cargo durante la presidencia de Michel Temer, quien fue vicepresidente de Dilma Rousseff, antes de su destitución por corrupción.

No es un dato menor que 7 de los 11 jueces del Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia judicial de Brasil, fueron posicionados por el Partido de los Trabajadores. Ahora que Lula Da Silva es candidato presidencial, gracias a que dicho tribunal le devolvió sus «derechos políticos», sus magistrados aliados entorpecen la labor del presidente.

Según la página oficial del tribunal, «El ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), suspendió los efectos de los decretos presidenciales en la parte que reduce las tasas del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) sobre productos de todo el país y que también sean fabricados en el Industrias de la Zona Franca de Manaus (ZFM)…»

«En la decisión, el ministro señaló que la reducción de la carga tributaria en la forma prevista por los decretos impugnados, sin medidas compensatorias a la producción en la ZFM. Reduce drásticamente la ventaja competitiva del polo industrial, amenazando la “persistencia misma de este protegido constitucionalmente”. modelo económico diferenciado», agrega.

El enfoque de Bolsonaro ha sido distinto. Mientras en el resto del mundo la gasolina ha llegado a niveles históricos, en Brasil tiene el precio más bajo entre las naciones industrializadas.

De hecho, bajo su gestión Brasil volvió a estar entre las 10 mayores economías del mundo. A su vez, la balanza comercial rompió su récord histórico en cuanto las exportaciones superaron las importaciones. Es decir, que abasteció a su población y tuvo suficiente para abastecer a otros países. Es más, Brasil desplazó a Argentina como mayor exportador de carne.

Todo porque mientras el mundo se encerró, por miedo al virus, Brasil apostó por la libertad y no permitió que el hambre se sume a la crisis sanitaria. De modo que los brasileños deberán elegir un modelo en las elecciones de octubre, un Brasil que reduce impuestos o que usa jueces para impedirlo y beneficiar a los poderosos.

//FUENTE: PANAM POST//