Redaccion VISOR21
Alejandro Almaraz, hoy se encuentra en el centro de la polémica, luego de haber hecho un anuncio electoral. El académico actualmente es parte de los colectivos de oposición al Movimiento Al Socialismo (MAS) y se muestra como activista por la democracia. Sin embargo, en la primera gestión de Evo Morales fue su viceministro de Tierras y desde ahí impulsó a los movimientos de interculturales con el objetivo de tomar las tierras del oriente del país.
Almaraz hoy se encuentra cercano al Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) de Cochabamba y se declara como férreo opositor a Morales y al MAS, pero fue el gestor de al menos tres políticas que el régimen socialista aplicó desde la propia Constitución Política del Estado (CPE).
El concepto de Función Económica Social (FES) de la propiedad privada, sirvió para comenzar un ataque frontal contra los “latifundistas” de Santa Cruz y Beni, pues no se reconoció la actividad ganadera como una “función social” a favor “del pueblo” sino como un simple negocio mercantil de “engorde de las tierras”.
En esa visión socialista de expropiación, Almaraz acompañó a Morales en un acto gubernamental de marzo de 2009, cuando el entonces presidente hizo entrega de los primeros 34 títulos de propiedad a indígenas guaraníes en la zona del Alto Parapetí. Unas 36 mil hectáreas de tierras de Caraparicito fueron expropiadas previamente al hacendado norteamericano Ronald Larsen, bajo el argumento de que no cumplían con la FES.
“Ese trabajo (ganadería) no será más reconocido por el Estado boliviano como función económico social y por muchas vacas que haya, esa tierra se distribuirá en favor de las comunidades que las trabajan”, decía Almaraz en 2009.
El entonces viceministro, con un tono muy similar a su correligionario de entonces Juan Ramón Quintana, amenazaba a los “terratenientes” de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) y al Comité Cívico Pro Santa Cruz, por haberse “afincado” y nunca distribuir las tierras a los movimientos sociales del MAS.
“El saneamiento es para quitarle la tierra a los productores de cordillera y dársela a los collas, a los aymaras, a los invasores”, alentaba Almaraz.

Aquel año, Fegasacruz era presidida por Guido Nayar y el Comité cruceño tenía a Branko Marinkovic como líder, quien en 2007 había presentado una denuncia contra Almaraz por calumnias, injurias y difamación, luego que el entonces viceministro dijera que la familia Marinkovic comeió apropiación ilegal de tierras y desmonte en los predios de la laguna Corazón.
Morales, a su vez, advertía a los propietarios para que “abandonen voluntariamente” sus tierras, en caso de tener más de 5.000 hectáreas, porque “esa tierra que quede a la gente que no tiene tierra, para la gente que tiene tierra insuficiente”.
Precisamente, Almaraz junto a su equipo dentro del Viceministerio, muchos de ellos técnicos devenidos de las ONGs “ambientalistas” que apoyaron la llegada del MAS al Gobierno, diseñó la política de “eliminación del latifundio” en lo que se llamó el proceso de “reconducción comunitaria de la Reforma Agraria”, y que tenía como uno de sus principales objetivos limitar la tenencia de tierras a 5.000 hectáreas.
Esa disposición fue elevada a rango constitucional, dentro del artículo 398 del proyecto de la nueva Constitución Política del Estado (CPE), y que se incluyó en el referendo aprobatorio de 2009 como una pregunta aparte al texto elaborado por la Asamblea Constituyente.
Las dos opciones en disputa, para el referendo dirimitorio de ese año, daban la posibilidad de definir entre 10 mil hectáreas o 5 mil hectáreas como superficie máxima de tenencia de tierras.
La opción b) obtuvo 80,65% de los votos y el texto constitucional del Art. 398 quedó redactado de la siguiente manera: “Se prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país. Se entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra; la tierra que no cumpla la función económica y social; la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley. En ningún caso la superficie máxima podrá exceder las cinco mil hectáreas”.
“La disposición no es retroactiva. Lo que se hace (con las antiguas propiedades) es sanear esas hectáreas; si en el saneamiento resulta que hay una parte que no cumple la FES, esa tierra retorna a dominios del Estado, sin pago”, explicó Almaraz al día siguiente del referendo del 25 de enero de 2009.

Asimismo, Almaraz, abogado y docente de formación marxista, promovió la formación de los movimientos sin tierra, luego conocidos como interculturales, para realizar los asentamientos en tierras fiscales, sobre todo en Santa Cruz, Beni y Pando.
En principio, la política de reversión de tierras y titulación fue para comunidades campesinas, como las 12.500 ha que recibió el pueblo guarayo tras la toma del predio Jasminka, de propiedad del entonces empresario y cívico cruceño Branko Marinkovic. “De ser trabajadores pasan a ser propietarios”, manifestaba el entonces viceministro.
Posteriormente, en lo que hoy se conoce como la “invasión geopolítica al oriente”, desde el MAS se promovió el desplazamiento de los nuevos colonizadores, agrupados en la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarios de Bolivia (CSCIOB), que junto a la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia – Bartolina Sisa y la histórica Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), fueron el brazo operativo y núcleo social del llamado “proceso de cambio”.
Almaraz fue viceministro de Tierras entre 2006 y 2010. Poco después de la promulgación de la nueva CPE salió del Gobierno.
Un primer cruce entre Almaraz y Morales se dio en junio de 2010, cuando el exviceministro cuestionó la forma de trato del entonces presidente a la marcha indígena que exigía mayores espacios en la Asamblea Legislativa, mientras se conformaba la primera “bancada indígena” en la Cámara de Diputados con seis diputados de circunscripción especial que incluso, entraron en huelga de hambre.
Morales acusó a los diputados indígenas de velar por sus intereses sectoriales y ser financiados por Usaid y la Embajada Norteamericana.
“Esperemos que ante las demandas legítimas de la huelga de hambre de los diputados indígenas y ahora la marcha, el Gobierno no siga respondiendo con la calumnia, como lo hizo al acusar a la movilización de ser financiada por USAID y, más bien, tome la oportunidad para reflexionar y rectificar de manera inmediata”, declaró Almaraz, ya alejado de la sede de gobierno.
A partir de aquellas medidas de presión de la bancada indígena, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) comenzaron a alejarse del MAS. Un año después se produciría el conflicto por la construcción de la carretera por el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

En 2019, Almaraz incluso se adhirió al movimiento del 21F, que ya advertía la inminente postulación del binomio de Evo Morales y Alvaro Garca a las elecciones de ese año, pese a la prohibición constitucional y el referendo de febrero de 2016. El exviceministro estuvo dos semanas en huelga junto al Conade y el movimiento 21F en Cochabamba.
“Muchas personas, en diferentes grados, estuvimos adheridos en la posibilidad de transformar nuestro país. Tenemos ahora una posición distinta porque el Gobierno, en lugar de defender a las grandes mayorías, pasó a servir a intereses corporativos, a favorecer a las petroleras a costa del interés nacional y del medioambiente”, justificó entonces.
Hoy, tras volver a tomar protagonismo por un anuncio electoral a favor de una candidatura para este 17 de agosto y ser criticado, especialmente por la dirigencia política, cívica y empresarial de Santa Cruz, su posición “anti-Evo” no ha variado.
“A mí sí que me gustaría la derrota política de Evo Morales (si fuera candidato), la derrota plena, y esa tiene que pasar por las urnas, para ser plena e incuestionable. Que sea derrotado por la voluntad de la gente que votó por él. Que esta elección nos haga decir a todos los que votamos por Evo, por qué ya no solo no votamos por él sino en contra de él”, expresó Almaraz la pasada semana, en el podcast Puntos de Fuga.

