V21.- El ministro de Trabajo Erland Rodríguez falleció el sábado en circunstancias que todavía se investigan. Su última aparición pública fue en la ciudad de El Alto, luego de participar del denominado “año nuevo andino” y estar junto a dirigentes sindicales, sobre quienes ahora se abren sospechas por su trato al difunto exfuncionario.
“Lamentamos el sensible fallecimiento de nuestro querido ministro de Trabajo, Empleo y Previsión Social, Erland Julio Rodríguez Lafuente, quien siempre demostró su compromiso con el pueblo boliviano. Hemos instruido realizar las investigaciones necesarias para esclarecer este lamentable hecho”, escribió el mandatario Luis Arce tras conocer el deceso de su ministro.
La investigación que mencionó Arce podría iniciar recién este lunes, porque hasta ahora no se ha informado sobre la causas de la muerte del joven abogado y exdirigente sindical alteño.
En tanto, videos que circulan en redes sociales mencionan como acompañantes del ministro, durante sus últimas horas, a los dirigentes de la Central Obrera Regional (COR), Marcelo Mayta, y al dirigente ejecutivo de los gremiales de El Alto, Rodolfo Macilla. Los comentarios de las personas lamentan el deceso de la autoridad, pero también piden investigar a estos representantes sindicales a quienes se los relaciona con el Ministerio de Trabajo por los cupos de poder que tendrían dentro de esa cartera de Estado.
Desde la COR alteña, se manifestaron con un comunicado y un pésame por la muerte de Rodríguez.
Rodríguez debía realizar una inspección a una planta de bebidas gaseosas y también reunirse con los representante de los trabajadores de esa fábrica esta semana, ya que en días pasados se evitó su ingreso bajo la excusa de que primero “debería pedir permiso” al sindicato.
El exdiputado Amilcar Barral, compartió el viernes, un audio en el que se escucha la forma de trato que recibió Rodríguez de parte del ejecutivo de la Federación Departamental de Trabajadores Fabriles de La Paz, Américo Flores, quien advierte al ministro que se “evite de problemas y deje tranquilos a los compañeros”.
“Como puede ser que un dirigente fabril o de la central obrera, a quienes les gusta quedarse en comisión para manejar estas cosas, trate de esa manera a un ministro de Estado, que lo traten como su lloq’alla, como su empleado, diciendo que tiene que pedir permiso a un dirigente todavía inferior, para hacer una inspección en una empresa”, expresó Barral.
El Ministerio de Trabajo pasó del control del Partido Comunista a manos de las dirigencias sindicales de El Alto como “cupo” dentro de las organizaciones sociales aliadas al Movimiento Al socialismo (MAS). El nuevo carácter sindicalista de la institución gubernamental se ve reflejado incluso en su Escuela de Formación Sindical, que lleva cursos a diferentes empresas y fábricas del país para adoctrinar a los trabajadores bajo el argumento de “defensa de los derechos laborales”.
