Desmantelar estructuras de poder del socialismo del Siglo XXI

No es exagerado afirmar que los 20 años de “masismo” han destrozado a Bolivia y que actualmente estamos en una situación muy compleja. Reconstruir a la nación será una tarea muy difícil, llena de desafíos. No basta con un cambio de modelo económico y político, sino que también se debe desestructurar las estructuras de poder instauradas por el socialismo del Siglo XXI y recuperar la soberanía de nuestro país.

Durante 20 años, el MAS se encargó de moldear a Bolivia bajo una visión socialista impuesta por Cuba y Venezuela. Esto se tradujo en una modificación de las principales leyes del país y también en la “destrucción” de la institucionalidad. Todo esto causado a raíz de la aprobación de la nefasta CPE que tenemos actualmente, que dio nacimiento al Estado Plurinacional.

Nuestra Constitución actual es la gran responsable de todos los males que nos aquejan. El más grande pecado de esta CPE ha sido, sin dudas, la destrucción de la nación boliviana, provocada por el “nacimiento de la plurinacionalidad”. Hoy sabemos que este concepto fue impuesto por juristas españoles pagados por la izquierda internacional, quienes usaron a nuestro país como “conejillo de indias”. No por nada, en España hoy se empieza a hablar de un “Estado Plurinacional”.

Por años, el masismo ha enfocado su discurso en la dignidad y soberanía nacional, afirmando que Bolivia nunca más sería títere de Estados Unidos. Este discurso ha sido una falacia total, porque económicamente estamos a merced de China, que explota muchos de nuestros recursos naturales de manera ilegal. Mientras que, políticamente, hemos perdido la soberanía frente a los regímenes de Cuba y Venezuela.

Para transformar Bolivia para bien, no solamente debemos solucionar el problema económico actual, sino resolver los grandes problemas estructurales con los que cuenta el país. Esto es algo a largo plazo y tomará mucho tiempo, pero parte de ello pasa por desestructurar todas las instituciones socialistas. No basta con nombrar nuevas personas en estas instituciones, sino modificarlas totalmente, hacerlas eficientes; pero, sobre todo, darles una vocación a favor de Bolivia y no del partido de turno.

El tema constitucional es complejo, porque no solo necesitamos modificaciones a la actual CPE, sino hacer una nueva totalmente, una enfocada en las necesidades de Bolivia y que no sea producto de imposiciones externas. No exagero en decir que la actual CPE nada tiene de rescatable y que basta leer sus primeros artículos para darse cuenta de que es una atrocidad total que tiene la intención de dividir a la nación boliviana. No sorprende, por ende, que las leyes provenientes de esta CPE sean tan ineficientes y perjudiciales para los bolivianos.

Reitero: este es un trabajo a largo plazo, que tomará tiempo. Empero, algo que no puede posponerse y debe hacerse lo más rápido posible es la recuperación de la soberanía nacional. Todos los elementos de los regímenes de Cuba y Venezuela que hayan apoyado al MAS y que sigan una visión socialista deben ser expulsados sin contemplaciones o, si no, ser procesados por injerencia. En esto se debe ser contundente: la soberanía está en juego, y los agentes de estos regímenes deben entender que Bolivia es un país libre y, si no creen en esto, deben sufrir las respectivas consecuencias.

No basta con el cambio de gobierno, sino con el desmantelamiento de todas sus estructuras y bastiones de poder. Solo así tendremos estabilidad y seguridad. Pero también es necesario expulsar la injerencia de los regímenes cubano y venezolano, algo que deberá hacerse de manera rápida y contundente, y que actualmente se puede realizar, más aún viendo el contexto actual en el que el régimen chavista se encuentra debilitado y, según muchos, en sus últimos días.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21