Un obispo católico de Nigeria afirmó que la intervención militar de Estados Unidos es necesaria durante una audiencia del 20 de noviembre del Subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes sobre África.
La audiencia tuvo lugar pocos días después de un ataque a un internado católico en el oeste de Nigeria, en el que varios niños fueron secuestrados del dormitorio escolar.
“Nigeria es el epicentro” de la persecución religiosa, dijo el presidente del subcomité, el representante Chris Smith, republicano de Nueva Jersey. “No se equivoquen: estos ataques continuos se basan en la religión, y desviar la atención de ello es negar lo que hemos visto con nuestros propios ojos”.
El obispo Wilfred Anagbe, de la Diócesis de Makurdi, en Benue (Nigeria), declaró al panel a través de Zoom que Estados Unidos debe acompañar la inclusión de Nigeria en la lista de vigilancia con acciones concretas.
“Sin una intervención rápida, el cristianismo corre el riesgo de desaparecer en partes del norte y del Cinturón Medio de Nigeria en muy poco tiempo”, señaló el obispo, indicando que la designación de Nigeria como país de especial preocupación (CPC) ha “traído inmensa alegría, esperanza y fortaleza espiritual a comunidades bajo asedio”, pero que la Iglesia no puede detener la persecución sola.
“Se requiere una intervención coordinada política, militar y humanitaria. Señor presidente y miembros, la sangre de los cristianos nigerianos clama ante ustedes. No podemos permitirnos esperar más”, afirmó el obispo.
La audiencia subrayó la persistente persecución religiosa contra cristianos en Nigeria por parte de grupos como Boko Haram y pastores extremistas fulani, y examinó cómo el Departamento de Estado de Estados Unidos podría presionar al gobierno nigeriano para frenar esta violencia religiosa.
El presidente estadounidense Donald Trump anunció el 31 de octubre que colocaría a Nigeria en la lista de vigilancia por violaciones a la libertad religiosa en Estados Unidos y la designaría como CPC.
Según la Ley de Libertad Religiosa Internacional (IRFA) de 1998, el presidente estadounidense debe designar como CPC a los países que cometen o toleran “violaciones particularmente graves de la libertad religiosa”. Estas violaciones incluyen tortura, detención prolongada sin cargos y desapariciones forzadas, según el Departamento de Estado.
El obispo relató ataques continuos en los estados del Cinturón Medio perpetrados por milicias fulani, así como en su propio pueblo, Aondona, en Gwer West, donde varios de sus familiares fueron asesinados el 22 de mayo.
Mons. Anagbe pidió a Estados Unidos usar todas las herramientas a su alcance para ayudar a Nigeria y “tomar acciones concretas”, incluyendo sanciones específicas bajo la Ley Magnitsky y la ampliación de ayuda humanitaria para los campamentos de desplazados internos.
“Todos sabemos que la inacción envalentona aún más a los extremistas”, afirmó.
Smith pidió que el gobierno estadounidense condicione la ayuda exterior y ofrezca asistencia humanitaria a organizaciones religiosas que ayudan a los desplazados en el Cinturón Medio.
También pidió a la administración Trump imponer sanciones bajo la Ley Magnitsky, incluyendo prohibiciones de visado y congelamiento de bienes contra individuos y entidades “responsables de estas graves violaciones de derechos humanos”.
Smith citó estadísticas de Open Doors, que señalan que Nigeria ha perseguido y asesinado a más cristianos que cualquier otro país del mundo. También dijo que unas 52.000 personas cristianas han sido asesinadas, además de 34.000 musulmanes moderados desde 2009.
El representante Riley Moore, republicano de Virginia Occidental, encargado por Trump de informar sobre Nigeria, pidió en la audiencia el desarme de los militantes fulani.
Miembros demócratas de la Cámara señalaron que la persecución en Nigeria no afecta solo a cristianos y coincidieron en que el gobierno nigeriano ha fallado en detener los ataques.
La representante Sara Jacobs, demócrata de California, dijo que se oponía a la promesa de Trump de usar acción militar en Nigeria y advirtió contra ver la violencia actual como “meramente religiosa”. Animó al Departamento de Estado a “usar las herramientas diplomáticas que tenemos antes de recurrir a ataques controlados en la región”.
El embajador Jonathan Pratt, funcionario principal a cargo de la Oficina para Asuntos Africanos del Departamento de Estado, condenó la “falta de intervención” del gobierno nigeriano en defensa de los cristianos perseguidos y afirmó que la administración Trump está trabajando para “desarrollar un plan que incentive la acción”.
///FUENTE: ACI PRENSA//


