Un proyecto político liberal

El día: 8 de noviembre del 2025, se dio un cambio histórico en la patria, luego de 20 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo, por voluntad del pueblo, asume un nuevo gobierno, el cual tendrá muchos retos que afrontar, consecuencia de las pésimas políticas económicas, judiciales, sociales, ambientales, institucionales que ejercieron en sus mandatos Luis Arce Catacora y Evo Morales Ayma, en compañía de sus secuaces de turno en sus diferentes mandatos, le deseo al nuevo presidente: Rodrigo Paz Pereira, sabiduría al momento de tomar sus decisiones, temple para afrontar los retos y éxito para encaminar al país a mejores prados.

Aún así, el presente artículo busca recabar las lecciones aprendidas de la última contienda electoral y del proceso histórico que parece ir culminando, para llamar a los liberales de la nación a trabajar de manera sistemática, responsable y comprometida, a lograr lo que ningún otro partido ni ideología política pudo realizar en el país, que es consolidar un proyecto político en el marco de las ideas y de una visión de nación coherente, compuesta por cuadros formados y preparados para asumir el ejercicio de lo que significa hacer política.

La primera mala práctica a resaltar de nuestros políticos es que tienen la mala costumbre de olvidar que la política es un arte que se esgrime permanentemente, y no así, faltando un año para las elecciones, para luego, una vez logren o no sus objetivos, olvidan ejercerla, sin considerar que la política es un proceso constante de trabajo y formación, en especial cuando no se cuenta con siglas propias, claro ejemplo de ello es como la oposición durante la hegemonía del MAS, en ningún momento supo proponer alternativas coherentes y seductoras para la población, lo cual llevo en múltiples ocasiones a derrotas estrepitosas, otro ejemplo, es la incapacidad de varios antiguos políticos, múltiples veces candidatos a la presidencias como: Tuto Quiroga y Carlos Mesa, quienes nunca pudieron, ni intentaron impulsar partidos propios, razón por la cual en cada elección se presentaban con siglas prestadas y/o alquiladas.

La segunda mala práctica a recordar es la carencia de una visión de país, y esto se debe a que nuestros políticos no suelen ser seres convencidos y fieles a un pensamiento político, en todo caso, son como camaleones que cambian y adaptan su discurso según las circunstancias y lugares donde se encuentran, lo cual parece pragmático pero evidencia la carencia de contenido y sustancias en sus propuestas, las cuales pecan de ser cortoplacistas, en vez de ofrecer un cambio estructural como el que Bolivia necesita.

Y, por último, la carencia de planes de gobierno coherentes y desarrollados, muchos candidatos se ponen a escribir sus planees de gobierno faltando meses para las elecciones, proyectos muchas veces mal esbozados y sin evaluar la realidad nacional de manera profunda, los cuales casi siempre entran en contradicción con los principios de los taxi-partidos que usan para presentarse en las contiendas electorales.

Los liberales bolivianos, los cuales debo resaltar que no están en gobierno, debemos aprender estas lecciones para trabajar desde hoy en la formación de una alternativa política, con visión de país bajo los fundamentos de la libertad, carente de caudillos y líderes mesiánicos, asegurando que el proyecto sobreviva la mortalidad de los hombres, basado en las ideas de la tradición que nos precede y con planes acorde a nuestra realidad, los cuales deben ser trabajados desde ahora para darle a la patria aquello que necesita.

Es importante que nuestros intelectuales asuman el resto de trabajar de manera conjunta con aquellos que se perfilan como políticos de tinte liberal, y estos deben corresponder entendiendo que precisan de los académicos para que un proyecto de esta envergadura tenga éxito, los militantes liberales deben formarse de manera concienzuda y constante, participando en el debate público con soltura y tino, para diferenciarse de las malas prácticas de la politiquería que nos gobierna incluso hace más de 20 años, pero sobre todo, debemos unirnos a pesar de nuestro pensamiento individualista, porque no es una contradicción el generar una agrupación política, pues un colectivo no es nada más que la sumatoria de varios individuos que en libertad deciden luchar por un bien mayor.

En ese sentido, manos a la obra, que esta es una carrera de resistencia y no de velocidad, que para cambiar el país debemos hacer política, de buena manera, como un arte, como debería ser.

¡Hombres libres de Bolivia, únanse!

  • ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
  • Director Ejecutivo Generación Bicentenario
  • *NdE: Los Textos Reproducidos En Este Espacio De Opinión Son De Absoluta Responsabilidad De Sus Autores Y No Comprometen La Línea Editorial Liberal Y Conservadora De VISOR21