El paso fugaz del presidente Milei por Bolivia

El paso del presidente argentino Javier Milei por Bolivia fue fugaz. Su arribo a Santa Cruz de madrugada y luego al aeropuerto de El Alto impidió que la gente se acerque al libertario.

Incluso hubo periodistas que esperaban, además de unas declaraciones, poder pedir un autógrafo en los libros publicados sobre el notable economista.

En el hemiciclo legislativo, pocos asambleístas tuvieron el privilegio de estrechar su mano. Luego, ubicado en una esquina del palco de visitas, escuchó los discursos de Rodrigo Paz y Edmand Lara, con paciencia y respeto.

En Palacio de Gobierno su encuentro con el presidente boliviano también fue breve.

Milei y Paz cruzaron bromas futboleras, entre alusiones a Boca e Independiente.

El flamante presidente recordaba la proximidad entre ambos países, mientras el argentino le decía «yo sé lo que estás recibiendo», en referencia a la economía quebrada de Bolivia. Paz, a su vez, le regaló una piedra de la bolivianita que es de color violeta como el partido de La Libertad Avanza, mientras el mandatario boliviano le prometía enviarle luego, un buen vino tarijeño.

«Contá conmigo», le dijo Milei a Paz y éste asentó «somos buenos para recibir consejos».

Los grupos liberales de Bolivia mandaron notas a la embajada argentina para poder entregar un reconocimiento a Milei, pero el protocolo de esta visita solo tenía en agenda plaza Murillo y retono a Buenos Aires.

Ambos presidentes comprometieron un próximo encuentro a ser coordinado entre cancillerías.