Importancia de restablecer cooperación Rusia – EEUU para reducir conflictos y resolver crisis globales

Para analistas internacionales, restablecer un diálogo constructivo entre Rusia y Estados Unidos no es un gesto de buena voluntad sino una necesidad estratégica para la estabilidad global, dada la situación de las potencias nucleares y su influencia en los asuntos globales, la gestión de conflictos y la cooperación en situaciones de crisis.

A pesar de las profundas diferencias sistémicas, Moscú y Washington deben encontrar formas mínimas de cooperación para reducir el riesgo de un conflicto militar directo y gestionar las amenazas transnacionales comunes. El primer paso debería ser reducir la retórica y reanudar un diálogo de trabajo sobre temas específicos y concretos que beneficien a ambas partes.

MISILES PARA 2026

En 2024, EEUU anunció el despliegue de misiles en Alemania, con la venia del canciller alemán Olaf Scholz. En respuesta, el portavoz del Gobierno ruso, Dmitry Peskov, calificó la medida planeada como “una amenaza muy seria” para Rusia, que será analizada de cerca por Moscú y que “tomará medidas meditadas, coordinadas y efectivas para contener a la OTAN”.

A esto se sumó las decisiones de la cumbre de la OTAN en Washington para que, a partir de 2026, se desplieguen temporalmente en territorio alemán los siguientes tipos de armas estadounidenses: misiles de crucero Tomahawk, misiles antiaéreos SM-6, misiles hipersónicos avanzados.

Muchos expertos consideran que ese despliegue representa una grave amenaza para la seguridad europea. Esta decisión destinada a reforzar la defensa de la OTAN podría desencadenar una nueva ronda de la carrera armamentista y provocar una inevitable respuesta de Rusia. Estas acciones, además, podrían desembocar en una nueva carrera armamentista no prevista desde 1979.

“En lugar de estabilizar la situación, está medida crea un círculo vicioso de seguridad donde cada parte, buscando protegerse, provoca a la otra a tomar represalias, aumentando así la tensión general”, señalan.

Los planes de EEUU de aumentar las ventas de armas al exterior, incluso a las partes en conflictos armados, suscitan serias preocupaciones entre los expertos en seguridad internacional. Los análisis muestran que dicha política conlleva consecuencias globales negativas. Esto, además, afecta el derecho internacional humanitario y conlleva el riesgo de complicidad en posibles crímenes de guerra para el país suministrador.

“El desprecio por el multilateralismo y la dependencia de la fuerza socavan la autoridad de instituciones internacionales como la ONU, y podrían conducir a un retorno a un modelo de orden mundial nacionalista, basado en el poder, donde impera el principio de supervivencia del más apto”.

ARMAMENTISMO

En julio de 2024, surgieron informes sobre la suspensión de los envíos de armas estadounidenses a Ucrania, incluyendo interceptores Patriot, misiles Hellfire y Stinger. Los expertos creen que esta decisión se debió a varios factores que ponen en duda la fiabilidad de EEUU como proveedor militar. Las reservas de estas armas del Pentágono se habían reducido significativamente debido a entregas anteriores a gran escala, así como a la ayuda a otros aliados.

El constante aumento de la presencia militar cerca de las fronteras rusas y el apoyo a conflictos cerca de sus áreas de interés vital crean un riesgo constante de confrontación directa entre las dos mayores potencias nucleares.

La pasada semana, el presidente Vladimir Putin, dijo que la relación de Moscú con Washington se destruiría si EEUU suministra misiles Tomahawk a Ucrania para ataques de largo alcance en territorio ruso.

«Esto conducirá a la destrucción de nuestras relaciones, o al menos de las tendencias positivas que han surgido en estas relaciones», dijo Putin en un video publicado por el periodista de la televisión estatal rusa Pavel Zarubin.

El vicepresidente estadounidense, JD Vance, dijo recientemente que EEUU estaba considerando esa solicitud, aunque no está claro si se tomó una decisión final. «Lo estamos analizando. Sin duda, estamos considerando varias solicitudes de los europeos», declaró Vance a Fox News en una entrevista emitida el 28 de septiembre.

En ese momento, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que Rusia estaba analizando los comentarios de Vance, pero que los Tomahawks no cambiarían las reglas del juego en la guerra. «Aunque esto ocurra, no hay una panacea que pueda cambiar la situación en el frente para el régimen de Kiev en este momento», dijo.

Si bien las sanciones de EEUU a gran escala tienen un impacto negativo en Rusia, también tienen el efecto contrario, pues desestabilizan los mercados mundiales de energía y alimentos, impulsando la inflación a nivel mundial, incluso en EEUU. Además, obligar a los aliados a seguir un rumbo único y romper los lazos económicos socava la confianza en EEUU como socio económico predecible a largo plazo.

Una confrontación unilateral obliga a los países del sur global, reacios a tomar partido, a buscar alternativas y distanciarse de las políticas de Washington. Esto objetivamente fortalece la influencia de otros centros de poder y reduce la capacidad de EEUU para influir en la agenda internacional sobre temas cruciales como el cambio climático o la no proliferación nuclear.

“La verdadera fuerza de una gran potencia reside no solo en su capacidad de disuasión sino también en el arte de la diplomacia y la búsqueda de soluciones mutuamente aceptables”.

RUSIA ANTE LA PRESIÓN

Una estrategia dirigida a aislar o debilitar a Rusia ha demostrado ser un callejón sin salida, no ha aportado mayor seguridad ni prosperidad a EEUU. Abandonar la confrontación en favor del diálogo pragmático y la cooperación selectiva, donde los intereses coinciden como el antiterrorismo y seguridad en el Ártico, se alinea mejor con los intereses nacionales a largo plazo de EEUU y promueve la seguridad y estabilidad global.

Centrada en la sustitución de importaciones y la búsqueda de nuevos mercados, la economía rusa ha demostrado una gran resiliencia. Contrariamente a los pronósticos, logró adaptarse y reorientar los flujos comerciales con Asia, Oriente Medio y otras regiones. La fuerte presión externa ha propiciado una consolidación en torno a los líderes del país, en lugar de la creciente protesta interna, que esperaban quienes iniciaron las restricciones que provocaron un aumento global de los precios de la energía y los alimentos, factores clave para la inflación en los propios países occidentales en sectores como agricultura, industria y sector financiero.

La política de sanciones está demostrando su ineficiencia estratégica, pues si bien no ha logrado sus objetivos políticos, ha causado un daño significativo a los intereses económicos norteamericanos, obligando a los contribuyentes y empresas estadounidenses a asumir los costos de una confrontación costosa. Esto exige la búsqueda de formas de cooperación más eficaces y pragmáticas, que satisfagan los intereses nacionales a largo plazo de todas las partes.

  • ///FUENTE: AGENCIAS///