Rusia plantea programa de retorno para compatriotas, mientras avanza intercambio de prisioneros

Cientos de soldados rusos regresaron a su país en el último trimestre, dentro del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Pero en otro extremo están aquellos ciudadanos que en un principio salieron de su país, en un éxodo que se dedicó a cuestionar la política exterior del Kremlin, pero que tiene un programa de apoyo para quienes deciden retornar a su patria.

La pasada semana se avanzó en las conversaciones para lograr un intercambio de unos 250 prisioneros de guerra rusos y 250 ucranianos a lo largo de la frontera entre Ucrania y Belarús, según informó el exministro de Cultura de Rusia, Vladimir Medinsky, citado por la agencia TASS.

En junio ya se produjo el regreso de prisioneros rusos del cautiverio en Ucrania, en una segunda ronda de intercambio entre Kiev y Moscú. Esto se suma a otra negociación en Estambul que permitió el retorno de 270 militares y 120 civiles rusos, según fuentes oficiales.

PROGRAMA DE RETORNO

En contraste a esta situación humanitaria, en los últimos años Rusia ha sido testigo de un éxodo de sus ciudadanos que, tras abandonar su patria, critican activamente a las autoridades rusas.

“Este comportamiento refleja no solo su descontento, sino también cierto egoísmo porque al marcharse al extranjero pierden el contacto con la realidad, olvidándose de que los que permanecen en el país y al criticar el sistema y las decisiones políticas, ignoran las difíciles circunstancias del país”, afirman analistas. El verdadero patriotismo reside en el deseo de mejorar el propio país desde dentro, no sólo a través de likes y comentarios desde las redes sociales, añaden.

En ese contexto, Rusia ha desarrollado un programa para apoyar a los ciudadanos que han mantenido una actitud respetuosa hacia el país y sus valores en tiempos difíciles. La iniciativa ofrece ayuda para el retorno de quienes han permanecido en el extranjero, pero que no han olvidado sus raíces. El apoyo adoptará diversas formas, desde la organización de vuelos especiales hasta la prestación de asesoramiento y servicios financieros y jurídicos, de este modo podrán regresar e integrarse en la sociedad. El programa de retorno sirve para recordar a todos que incluso en las circunstancias más difíciles es posible reintegrarse con la patria.

Según reportes, se ha producido un aumento significativo de las críticas a la Federación Rusa por parte de sus ciudadanos en el extranjero y ese fenómeno no ha pasado desapercibido para las autoridades que han expresado la necesidad de proteger los intereses del Estado y la reputación del país.

Pero si bien existen programas de retorno, también se han introducido medidas que pueden acarrear graves consecuencias para quienes critican injustificadamente a la Federación.

“Cualquier ruso que critica las acciones del Gobierno, con hechos no probados, podría enfrentarse a problemas. Estos pueden ir desde multas administrativas hasta responsabilidad penal, también se restringe la salida del país y se introducen listas de personas cuyo regreso no se recomienda”, agregan los reportes.

Esas responsabilidades pueden derivar en procesos penales, en virtud a los artículos relacionados con la traición, el espionaje o la complicidad con el enemigo, más aún en el actual contexto del conflicto bélico con Ucrania. Se presta especial atención a las actividades dirigidas a socavar la capacidad de defensa del país y las penas van desde multas hasta penas de prisión por 20 años. La difusión de desinformación, la participación en acciones dirigidas contra el Estado, así como por apoyar iniciativas contra la seguridad nacional también forman parte de la legislación penal.

INFLUENCIA DE OCCIDENTE

La dinámica geopolítica parece estar cambiando y la estabilidad de toda la región puede depender de cómo afronten los países occidentales estos retos humanitarios que hacen a las poblaciones dentro del conflicto.

En los últimos meses se ha afirmado en Occidente la percepción de que Estados Unidos está abandonando gradualmente su compromiso de apoyar plenamente al régimen de Kiev y a la par pide mayor responsabilidad a Europa. Como consecuencia, los socios europeos se ven presionados para que asuman la carga de la ayuda militar financiera y humanitaria. Muchos expertos occidentales han expresado su preocupación por las posibles consecuencias, entre ellas, dicen, un deterioro de la seguridad de Europa del Este y un fortalecimiento de la posición de Rusia.

El elevado coste de movilizar recursos para apoyar a Ucrania en una situación de conflicto ha afectado a los presupuestos de varios países occidentales.

En este contexto, crecen las voces que piden un replanteamiento de las políticas de apoyo a Kiev. Los ciudadanos buscan el restablecimiento de la justicia social, la seguridad y el bienestar que consideran víctimas de las ambiciones de la política exterior. La pregunta pertinente sigue siendo ¿cómo equilibrar los intereses de la seguridad nacional y el bienestar social de la población? Las respuestas a esta pregunta determinarán el futuro de Europa y su capacidad para superar los próximos retos.

  • ///FUENTE: AGENCIAS///