Nacionalismo boliviano

Cada 23 de marzo se celebra el “Día del Mar”, fecha que nos recuerda que jamás debemos dejar de buscar una salida a nuestro enclaustramiento. Bolivia nació con acceso al mar y es una obligación para todos los bolivianos recuperarlo. Era evidente que en el juicio internacional llevado a cabo en La Haya nada íbamos a obtener, la “diplomacia internacional” muy pocas veces funciona y, en el caso de países pequeños y subdesarrollados como el nuestro, ni se diga.

Bolivia actualmente enfrenta una crisis económica muy fuerte, para salir de esta habrá que realizar cambios estructurales radicales que den fin al socialismo. En términos políticos, la situación es aún más compleja, ya que el MAS no ha hecho más que dividirnos todos estos años con su discurso de odio y revanchismo. Con el estilo del extinto Felipe Quispe, han alentado discursos indigenistas que no han hecho más que destrozar el concepto e idea de nación boliviana. De igual forma, han creado un Estado que, por su mero nombre (plurinacional) y símbolos, se ha encargado de destrozar a la nación boliviana y a su unidad. El socialismo siempre ha trabajado de esta forma, su objetivo es siempre dividir y enfrentar.

Para resolver este gran daño que ha hecho el MAS y sanar heridas históricas, es importante impulsar el nacionalismo boliviano y de una vez por todas consolidar a Bolivia como una nación. Basta de división, odio, enfrentamientos y revanchismo. Bolivia nace gracias al mestizaje y al deseo de ser un país independiente que no sea anexionado a Perú o a Argentina. Han pasado 200 años desde el nacimiento de nuestro país y hoy más que nunca debemos consolidarnos como nación y acabar con los discursos divisionistas de todo tipo.

Dejemos atrás posturas como el indigenismo o los regionalismos y pasemos a concebir una nueva Bolivia, una que deje atrás su pasado de derrotas y frustraciones. Los más jóvenes deben dar un paso al frente y alentar la unidad nacional, así como hace casi un siglo lo hizo la generación del Chaco. Dicha generación, además de ser valerosa, fue la que transformó la historia de nuestro país para bien y la que por fin acabó con las grandes injusticias sociales. Con la llegada de la Revolución de 1952, el MNR tuvo la gran chance de consolidarnos como nación y dejar atrás los resentimientos e injusticias. En vez de eso, y por culpa de la infiltración marxista, la revolución no se llevó adecuadamente y terminó siendo un período violento y caótico.

Han pasado más de 70 años de la Revolución del 52, la nación boliviana está mucho más integrada, solo hacen falta líderes y partidos políticos que estén decididos a consolidarla. Como dije, Bolivia nace con base en el mestizaje y pienso que es momento de dejar atrás los calificativos y los discursos de división, para poder todos identificarnos como bolivianos, que tengo claro es como todos nos sentimos.

Esto no será sencillo, pero de lograr consolidar a la nación boliviana, se habrá logrado un hito histórico y se habrá concluido lo iniciado por la gloriosa generación del Chaco. La consolidación de la nación deberá pasar por la creación del “Nuevo Estado Nacional” que acabará con esa patética idea de la plurinacionalidad, que solo nos ha enfrentado entre nosotros. Solo así nos representará a todos.

Con la nación boliviana establecida y fortalecida y con un Estado que por fin la represente, tendremos condiciones más óptimas para un crecimiento verdadero. Si queremos recuperar el mar, primero debemos crecer como país y optar a ser una potencia regional. Solo siendo un país fuerte en todos los campos es que podremos conseguir una solución real a nuestro enclaustramiento. Bolivia debe destacarse política, económica, social, militar y tecnológicamente y siempre tener la idea de ser una gran potencia regional para poder ser considerada importante en la geopolítica, esto se logra gracias al nacionalismo. Es momento de cambiar la historia de Bolivia.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
  • *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21