Caminando en las principales urbes bolivianas uno se encuentra con varios centros médicos iranies. Por ejemplo, en la ciudad de El Alto, la cuarta más poblada del país, detrás de La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, desde el año 2009, funciona el Hospital Iraní. Los bajos costos para las especialidades de Medicina General, Medicina Interna, Gineco-obstetricia, Pediatría, Traumatología, Cirugía, Oftalmología, Odontología, Laboratorio Clínico, Radiología y Ecografía son las tácticas comunicacionales que usan para mostrarse como una opción de calidad para los más necesitados.
Empero, ¿no existe ningún santo que desconfíe de tan grande limosna?
Ese mismo fenómeno ya se vio en Venezuela en décadas pasadas. Ergo, la presencia de Irán en América Latina no responde a unos sanos intereses humanitarios de apoyo a los más necesitados de nuestros países, sino a una estrategia de desestabilización que busca generar molestia a Estados Unidos en su propia región. Hezbolá es el comodín de ataque más letal, pues su fusión con regímenes autoritarios y organizaciones criminales le ha otorgado una enorme fuente de financiamiento para su guerra asimétrica. Al respecto, Center for a Secure Free Society, un instituto de investigaciones en geopolítica, en su informe: La estrategia de Irán para América, resalta:
- En Venezuela, los asesores del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica hablan abiertamente de construir «hutíes del Caribe»; pequeños barcos armados con misiles, minas y aviones no tripulados kamikaze que pueden dejar a las flotas estadounidenses o aliadas el acceso sin acceso al Atlántico sur. El poco calado de las embarcaciones les permite merodear tanto por las zonas fluviales como por las costeras. Los comandantes venezolanos ya los han emparejado con municiones merodeadoras de origen iraní para ejercicios de ataque de saturación.
Asimismo, en Bolivia, la dictadura del Movimiento Al Socialismo, primero con Evo Morales y luego con Luis Arce Catacora, le dio la oportunidad a la teocracia iraní de influir en las Fuerzas Armadas y, además, de montar centros de entrenamiento en la zona del Chapare cochabambino. Los «profesores», en realidad, terroristas, adoctrinan a los reclutas con una mezcla de religión y subversión.
Ideológicamente, la narrativa de Irán es fue enarbolada y amplificada por la izquierda radical en Bolivia, en especial, los movimientos indigenistas. Al presentar la Revolución Islámica como paralela a las luchas antiimperialistas de los pueblos indígenas, Irán se insertó en los grupos de cocaleros y los militantes del extinto Felipe Quispe, El Mallku. Nicaragua y Cuba actuaron como amplificadores ideológicos, ofreciendo plataformas diplomáticas e infraestructura de propaganda como HispanTV y TeleSUR. Ni hablar de los profesores universitarios que usaron, todavía las usan, sus aulas como antenas retransmisoras.
¿Consecuencias?
Informes de inteligencia de Argentina, Chile y Perú muestran que Bolivia pasó de ser un país receptor de terroristas a un centro de entrenamiento y un trampolín de exportación de radicales y violentos. Este nexo entre el crimen, castrochavismo y el terrorismo le ha proporcionado a Hezbolá acceso a redes logísticas que llegan a la frontera de Estados Unidos.
Las redes de tráfico de personas, que se nutren de los millones de latinos que huyen del hambre causado por las dictaduras, ahora transportan no solo migrantes, sino también terroristas, como muy bien lo ha explicado la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Es en ese contexto que la confrontación entre Israel e Irán, por el momento con hostilidades frenadas, debe ser vista como parte de una Guerra Global, donde no existen países neutrales. Al respecto, Carlos Sánchez Berzain, en su artículo: Israel, defensa de la paz y seguridad internacionales y cambio geopolítico global, resalta:
- En el frente de Gaza el propósito de la administración Trump es también el de cesar el conflicto, pero Irán lo impide e Israel ha optado por la lucha frontal contra el autor y sostenedor de ese y otros conflictos. Por eso las acciones israelitas contra el régimen teocrático que ya se pueden denominar la guerra Israel/Irán, están operando el cambio geopolítico global debilitando el apoyo iraní a Rusia, disminuyendo o paralizando el respaldo a grupos terroristas, frenando la expansión militar/cultural teocrática iraní en Latinoamérica y África, y poniendo en riesgo la existencia del régimen de los ayatolas.
A modo de conclusión, ¿el próximo gobierno nacional tendrá alguna estrategia para sacar a Bolivia de la red de crimen organizado y, de esa manera, dejar de ser un peón de la teocracia iraní?
- HUGO BALDERRAMA FERRUFINO
- ECONOMISTA, MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA
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